CAPITULO XV

 

Capítulo 15: La Sombra: El canto hondo

Ser una sombra es más que simplemente deslizarse silenciosamente; es moverse con una ligereza tal que permite observar sin ser vista, permitiendo una comprensión profunda del entorno. Una loba, en su naturaleza vigilante, se convierte en la sombra de todo lo que atraviesa su territorio. Este comportamiento es una herramienta esencial para recolectar información vital sobre su entorno. Las lobas poseen una habilidad excepcional para moverse con discreción, y la Mujer Salvaje ha perfeccionado esta destreza durante años, siguiendo como una sombra a las mujeres de la tierra.

Esta figura arquetípica, la Mujer Salvaje, se manifiesta en nuestros sueños y cuentos, así como en los eventos significativos de nuestra vida personal. Su propósito es claro: quiere ver quiénes somos en esencia y evaluar si estamos listas para reconectar con nuestra naturaleza salvaje. La búsqueda de lo salvaje puede comenzar en la infancia o en la adultez, desencadenada por una intuición profunda que percibe la cercanía de una presencia protectora y salvaje.

Mujeres de todas partes del mundo, incluyendo nuestras madres, hermanas, amigas e hijas, compartimos un sueño común: anhelamos recuperar lo que hemos perdido, esa capacidad de imaginación y la intuición que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser. Este sueño colectivo, compartido por tribus de mujeres aún desconocidas para nosotras, refleja un deseo universal de redescubrimiento y de volver a conectar con nuestra esencia salvaje.